Cercanos a la Solemnidad de San José, la Iglesia
celebra con gozo el Día del Seminario.
En torno a esa fecha, los seminaristas somos enviados a los distintos pueblos y
ciudades de nuestra diócesis para dar a conocer el Seminario, comunicar la
buena noticia de nuestra vocación al Sacerdocio para que sirva de estímulo a
otros a hacerse la pregunta ¿Señor, que quieres de mí?
Aunque llevo tres años en el Seminario, ha sido este
el primero en que he sido enviado a realizar la campaña en Ayamonte e Isla
Cristina (mi pueblo) y Aunque nadie es profeta en su tierra, ha sido una gracia
que tanto a mi compañero José Manuel como a mí nos ha fortalecido en nuestra
decisión de seguir a Cristo, el Buen Pastor.
Han sido unos días muy intensos: visitas a los
institutos de Ayamonte de Isla Cristina por las mañanas, encuentros con los
niños de Catequesis por las tardes, las Eucaristías en la Parroquias, rezo del vía-crucis,
adoración nocturna, encuentros con monaguillos. Etc. Todo esto fue posible
gracias a la gran acogida que tuvimos por parte de los Párrocos de Isla
Cristina, D. Miguel, D. Francisco y D. Juan Luís; a D. Manuel y D. Álvaro,
Párroco y vicario de Ayamonte respectivamente; a las profesoras de Religión
Juana y Yolanda, catequistas y feligreses de ambas ciudades.
De esta manera, todos, los sacerdotes y laicos, estaban
poniendo en práctica el lema de la campaña del día del Seminario: El Seminario, misión de todos. Este
lema, viene a pedir al pueblo de Dios su implicación para con el Seminario,
rezando por los que ya estamos, para que seamos fieles a la llamada de Jesús,
perseveremos y sobretodo seamos santos, para que suscite más vocaciones a la
vida sacerdotal, tan necesarias hoy en día.
En la Víspera y el día de San José por la mañana, al
no ser festivo en nuestra Comunidad Autónoma, tuvimos la oportunidad de visitar
los colegios e institutos de Huelva capital. Esta vez, junto a mi compañero
Enrique, de último curso, visitamos el colegio de las Madres Agustinas donde
pude seguir compartiendo mi experiencia vocacional y animar a los niños a rezar
por el Seminario.
Ciertamente, ha sido una experiencia enriquecedora,
un regalo más que me ha dado el Señor, solamente puedo darle gracias a Dios por
esta campaña del Seminario, por todas las personas que ha puesto y sigue
poniendo en mi camino, por el don de mi vocación y por todas las cosas que me
regala a diario ¡Gracias Señor!
Finalmente, a ti, querido lector, pedirte que reces
por nuestro Seminario de Huelva, para que el Señor, dueño de la mies, siga
mandando obreros a su mies y para que más jóvenes se hagan la pregunta más
decisiva de su vida: ¿Señor, que quieres de mí?
Juan José Travé González, Seminarista de primer
curso.