jueves, 21 de noviembre de 2019

Encuentro de Seminarios Mayores del Sur de España en Jaén.


 El pasado fin de semana cuatro seminaristas, acompañados por el Director Espiritual, participaban en Jaén del Encuentro de Seminarios Mayores del Sur de España. Este encuentro anual se realiza con la intención de crear lazos de fraternidad entre aquellos que realizan su formación de cara a la vida sacerdotal. En este encuentro participan los Seminarios Diocesanos y de Redemptoris Mater de las provincias eclesiásticas de Sevilla y Granada. En esta ocasión nos acogía el Seminario de la Inmaculada Concepción y San Eufrasio de Jaén, donde llegábamos en la tarde del viernes y éramos recibidos por sus seminaristas. Tras la acogida comenzábamos con el rezo de Vísperas en la Capilla Mayor del Seminario, que fueron dirigidos por el Seminario de Almería. Tras la cena en el Seminario realizamos una visita al Castillo de Santa Catalina de la ciudad jienenses desde el que se puede contemplar toda la ciudad. 

Comenzamos el sábado con la oración de Laudes que fueron dirigidos por el Seminario de Sevilla, tras esto partíamos hasta Baeza para realizar los actos que marcarían esta jornada entorno a San Juan de Ávila. La Diócesis de Jaén esta celebrando un Año Jubilar Avilista con motivo del 450 aniversario de la muerte del Santo, el 125 aniversario de su beatificación y el 50 aniversario de su canonización. En primer lugar, se expuso el Santísimo en la Capilla de la Universidad, tras esto el Director Espiritual del Seminario de Jaén, D. Raúl Contreras, dirigió una meditación sobre "las máximas con las que el santo patrón exhortaba a los sacerdotes y candidatos al sacerdocio". La llegada del Obispo Mons. D. Amadeo Rodríguez Magro marco el inicio de la Procesión en la que Seminaristas y Formadores partíamos revestidos hacia la Catedral de Baeza acompañando a la Reliquia de San Juan de Ávila para cruzar la Puerta Santa. Una vez allí comenzamos la Santa Misa presidida por el citado prelado y concelebrada por los formadores de los Seminarios. En la homilía, nos exhortaba a “ser pastores santos, a ejemplo de nuestro padre Juan de Ávila, para que la gente vea en nosotros sacerdotes entregados solo a Dios”.

Tras el almuerzo comenzamos una visita guiada por la ciudad, recorriendo los lugares avilístas mas significativos para dar paso al rezo de Vísperas en la Iglesia románica de la Santa Cruz. El paraninfo de la Universidad acogió la Conferencia del Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas, centrada en la fundación de la Universidad y en los desvelos del Santo por la formación del Clero. El domingo lo comenzamos en la Santa Iglesia Catedral de la Asunción de Jaén, con la celebración de la Santa Misa con Laudes presidida por el Vicario General quien, terminada la Santa Misa, nos impartía la bendición con la Reliquia del Santo Rostro que se conserva en la Catedral. Nuestra estancia en la Catedral la concluíamos con una visita guiada por el mismo sacerdote, quien nos explico los detalles de esta joya del Renacimiento. A continuación, visitamos a la Virgen de la Capilla, patrona de Jaén. El final del encuentro lo marco el Almuerzo en el Seminario, tras esto nos despedíamos de nuestros compañeros seminaristas y partíamos hacia Huelva. Agradecemos a los organizadores de esta edición su acogida y su buen hacer en el desarrollo del encuentro. Son días de encuentro con los compañeros y de encuentro con el Señor, que guía nuestra vida y es el artífice de nuestra vocación, por ello ponemos ya nuestra mirada en el próximo Encuentro que se celebrara el próximo curso, Dios mediante, en el Seminario Diocesano de Sevilla.


miércoles, 13 de noviembre de 2019

San Leandro, Patrón de la Diócesis de Huelva. Breve Historia.

San Leandro de Sevilla (Cartagena, c. 534 – Sevilla, 13 de marzo de 596) nació en una notable familia hispanorromana. Su padre, Severino, era hispanorromano, y su madre, Teodora, era, supuestamente, visigoda, incluso se ha dicho que fuera hija de Teodorico, rey de los Ostrogodos. Fue hermano de San Isidoro.

Fue arzobispo de Sevilla desde el año 578 hasta el año 600, en el que es sustituido por su hermano menor San Isidoro de Sevilla, y está considerado como uno de los grandes impulsores del catolicismo en la España visigoda de su tiempo. Con la invasión bizantina de su tierra levantina en el año 554, la familia se marchó a Sevilla, ciudad donde Leandro completó su formación, quizás motivada por la conversión de su madre a la religión católica. Al morir sus padres Leandro se queda al cuidado de sus hermanos menores, ingresando años más tarde en un convento. Fue nombrado obispo de Sevilla en el año 578 e influyó activamente en la rebelión del joven Hermenegildo contra su padre, el rey Leovigildo, siendo quizás quien le asesorara para su conversión al catolicismo. Leandro vivió tres años en Constantinopla, mandado por el propio Hermenegildo para obtener ayudas para su causa; allí mantuvo estrecha relación con san Gregorio Magno y llegó a escribir su Expositio in Librum Job.

De vuelta a Sevilla sufrió la persecución de Leovigildo, siendo de nuevo desterrado por unos años; un tiempo en el que escribió diversas obras contrarias al arrianismo. Cuando de nuevo regresó a tierras hispalenses llegó a instruir a Recaredo, hijo de Leovigildo, en la religión católica. La conversión de Recaredo y posteriormente la de todo el pueblo visigodo en el año 586, fue celebrada tres años más tarde por el obispo Leandro con la convención del III Concilio de Toledo. Considerado uno de los Padres de la Iglesia y fundador de la escuela teológica de Sevilla, tuvo especial interés en la enseñanza oral y escrita del catolicismo y en la formación de los religiosos. Principalmente, San Leandro es reconocido porque fue el que consiguió que se convirtieran al catolicismo las tribus visigodas que invadieron la península y que su rey Recaredo I se transformara en fervoroso creyente. Ahí queda como testimonio también su famosa homilía en honor de la Iglesia, al final del III Concilio de Toledo al que, como decíamos, asistió Basilio como obispo de Elepla según consta en las firmas de las actas. Comienza esta homilía diciendo: “Regocíjate y alegrate, Iglesia de Dios, gózate porque formas un solo cuerpo para Cristo. Ármate de fortaleza y llénate de júbilo. Tus aflicciones se han convertido en gozo. Tu traje de tristeza se cambiará por el de la alegría…” Un mensaje cargado de actualidad para nuestra Iglesia de hoy.

En la época floreciente de la Iglesia hispanovisigótica,  se encuentra establecido un episcopado en la sede de Elepla (Niebla) al menos desde el año 466 donde es conocido su primer obispo, Vincomalos (424-509), que ocupó la sede de Niebla en el 466. Posteriormente otro obispo para la historia fue Basilio (obispo hacia 585-590), que firmó las actas del III Concilio de Toledo y del Sínodo de la Bética en 590. Aunque no se ha podido reconstruir cuáles fueron los límites geográficos de la Diócesis iliplense, se piensa que ocupó la mayor parte de lo que es la actual Diócesis de Huelva. Y es en estos someros datos donde podemos encontrar los orígenes cristianos en nuestras tierras, siempre vinculada a la metropolitana sede hispalense. Por ello, cuando el 22 de octubre de 1953 a través de la Bula Pontificia “Laetamur Vehementer” es fundada la Diócesis de Huelva, segregada de la de Sevilla, se piensa en San Leandro como Patrón, aquel insigne Obispo de Sevilla que tanto protagonismo tuvo en la Iglesia de la Península Ibérica y, por ende, en la vecina diócesis Iliplense en su época de mayor consolidación.

Fuente: Diócesis de Huelva.

lunes, 11 de noviembre de 2019

"Nuestra Iglesia" Memoria de la Iglesia Diocesana de Huelva en 2018.

El Día de la Iglesia Diocesana es una jornada que afianza el sentido de pertenencia eclesial, tal y como recuerda en su carta con motivo de esta jornada nuestro obispo, José Vilaplana: “acabamos de concluir el Plan Diocesano de Evangelización que, durante los últimos cuatro años, ha marcado los pasos de nuestra Iglesia diocesana, fortaleciendo el sentido de pertenencia y alentando a la tarea evangelizadora, que traspasa las paredes del templo”. En esta línea, añade que “la formación, la iniciación cristiana o la caridad son experiencias que, sin duda, ayudan a estrechar lazos entre las familias que conforman nuestra gran familia diocesana”.

Con ocasión de este día, el Departamento de Sostenimiento de la Iglesia de nuestra Diócesis da a conocer los datos del ámbito económico, así como aquellos que aluden a la fe: transmisión, celebración y testimonio. Entre ellos, destacan las 41.104 personas atendidas por los 115 recursos sociales de la Iglesia en Huelva (sobre todo, en Cáritas, que registra, asimismo, 800 voluntarios). Junto a estas, las personas atendidas en centros para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad fueron 1.116. Además, la Iglesia de Huelva acompañó 7 proyectos de cooperación en el mundo mediante organizaciones como Manos Unidas. En el terreno económico, la Diócesis de Huelva registró en 2018 unos ingresos de 5.704.104 euros, mientras que los gastos alcanzaron los 5.511.111 euros, siendo la aportación directa de los fieles (55,73%) la principal fuente de ingreso, seguida de la asignación tributaria (35%) y otros ingresos (9,27%). Por otro lado, la retribución del clero (32,54%), las acciones pastorales y asistenciales (23,86%), las obras y conservación de inmuebles (23,13%) y las actividades caritativas (13,02%) supusieron el grueso del gasto, además de suministros (5,63%) y el pago de préstamos (1,82%).

Para llevar a cabo su labor pastoral, la Iglesia en Huelva no solo se vale de recursos económicos. De la Memoria de Actividades de 2018 se desprende que la Diócesis de Huelva cuenta con 130 sacerdotes, 260 religiosos y religiosas, 49 misioneros y 9 familias en misión, 17 diáconos permanentes, 13 seminaristas, 1.570 catequistas y 3.459 voluntarios y agentes, que desarrollan su labor en 173 parroquias y otros 36 centros pastorales. Además, el pasado año se celebraron 3.528 bautizos, 4.539 comuniones, 4.359 confirmaciones y 823 matrimonios. En cuanto a la labor educativa y cultural, la Iglesia en Huelva cuenta con 49 centros, que atienden a 8.455 alumnos; 42 bienes inmuebles de interés cultural y ha desarrollado 22 proyectos de construcción, conservación y rehabilitación.

Estas son las cifras de un año en el que todas las miradas se dirigen a los jóvenes, “el ahora de Dios”, tal y como define el Papa Francisco. “Ellos son el presente y el futuro de la Iglesia y, para que así sea, debemos implicarnos todos, porque la alegría plena de la familia llega cuando completa se reúne en casa para celebrar”, señala D. José Vilaplana. Este Día de la Iglesia Diocesana también se pide colaboración con la parroquia de múltiples maneras, dedicando tiempo, compartiendo las cualidades, con la oración y con la colaboración económica.

Para más Información consulta la Memoria "Nuestra Iglesia" de 2018, en este enlace:http://www.diocesisdehuelva.es/wp-content/uploads/2019/11/Iglesia_Diocesana_Huelva_2019.pdf

Fuente: Diócesis de Huelva.

“Sin ti no hay presente. Contigo hay futuro”. Carta Pastoral del Obispo de Huelva con motivo del día de la Iglesia Diocesana.

Mis queridos hermanos y hermanas:

El Día de la Iglesia Diocesana vuelve a interpelarnos un año más para reavivar nuestro sentido de pertenencia al Pueblo de Dios, que comparte el alimento de la Palabra y de los sacramentos en la parroquia. Acabamos de concluir el Plan Diocesano de Evangelización que, durante los últimos cuatro años, ha marcado los pasos de nuestra Iglesia diocesana, fortaleciendo el sentido de pertenencia y alentando a la tarea evangelizadora, que traspasa las paredes del templo. La formación, la iniciación cristiana o la caridad son experiencias que, sin duda, ayudan a estrechar lazos entre las familias que conforman nuestra gran familia diocesana. Sin embargo, esta respuesta exige el sí personal para el bien de toda la comunidad parroquial: tu único sí, sumado al de otros, desde el que cada uno pone su don al servicio de todos. Tal y como se expresa en el lema de este año, “Somos una gran familia contigo. Sin ti no hay presente. Contigo hay futuro”.

La parroquia, como la casa que acoge a toda la familia para celebrar como hermanos, incorporados a la vida de Cristo por el Bautismo, siente el compromiso y la alegría de acercarse este año especialmente a los jóvenes. Ellos son el presente y el futuro de la Iglesia y, para que así sea, debemos implicarnos todos, porque la alegría plena de la familia llega cuando completa se reúne en casa para celebrar.
El Papa Francisco en su exhortación apostólica postsinodal Christus Vivit, dedicada a los jóvenes y a todo el Pueblo de Dios, titula su tercer capítulo “Ustedes son el ahora de Dios”. Y lo explica: “no podemos decir sólo que los jóvenes son el futuro del mundo. Son el presente, lo están enriqueciendo con su aporte” (CV, 64).

Os recuerdo la llamada del plan diocesano recién clausurado a la evangelización, a “salir a las periferias”. Hoy contemplamos como muchos de nuestros jóvenes habitan esa “periferia existencial” en busca de sentido. El Santo Padre nos señala que “en algunos jóvenes reconocemos un deseo de Dios, aunque no tenga todos los contornos del Dios revelado. En otros podremos vislumbrar un sueño de fraternidad, que no es poco. En muchos habrá un deseo real de desarrollar las capacidades que hay en ellos para aportarle algo al mundo. En algunos vemos una sensibilidad artística especial, o una búsqueda de armonía con la naturaleza. En otros habrá quizás una gran necesidad de comunicación. En muchos de ellos encontraremos un profundo deseo de una vida diferente. Se trata de verdaderos puntos de partida, fibras interiores que esperan con apertura una palabra de estímulo, de luz y de aliento”.

Así, desde la formación, la catequesis, la celebración de los sacramentos, la liturgia o la caridad, todos tenemos una misión que refleje en medio del mundo nuestra vida en Cristo, colaborando con la parroquia, la casa de toda la familia. Sin ti no es posible. Contigo en la iniciación cristiana y en la formación de adultos; contigo en la celebraciones de la comunidad parroquial; contigo en el servicio a los últimos de esta sociedad, es posible un presente y un futuro que manifiesten el amor de Dios en Huelva, la alegría de una familia a la que todos quieran pertenecer.

Con afecto os bendigo,

+ José Vilaplana Blasco, Obispo de Huelva.